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Mowgli
17-abr-2009, 11:37
En el bosque de Démeter (Ceres), guirnaldas y bandas adornaban la vieja encina. A la sombra de su ramaje, oraban peregrinos venidos de lejos. Pero no osaban tocar una sola hoja del viejo árbol, por el que sentían un profundo respeto.El rico Erisicton era tesalio, hijo de Tríopas y nieto de Forbante (hijo de Argos, que a su vez lo era de Níobe, amada por Zeus).

No conocía la piedad y decidió derribar el coloso vegetal. Reúne para ello las herramientas y se encamina al bosque consagrado a la Diosa de las Cosechas.Hasta el viento, espantado, dejó de soplar cuando el afilada hacha se alzó en el aire. Al primer golpe, la ninfa Hamadríade que vive en el árbol se lamenta mientras Erisicton en persona, al vacilar sus hombres, descarga hachazo tras hachazo sobre la encina.

La ninfa le advierte que, si se obstina en llevar a cabo su acción, sufrirá un terrible castigo.Pero Erisicton no ceja y, después de cortarle la cabeza a uno de sus hombres que intentaba detenerle, acaba derribando la añosa y gigantesca encina cuya muerte va acompañada de la de la ninfa.

Semejante crimen no podía quedar sin castigo y Démeter, cuya atribución era propiciar la abundancia de alimentos a los hombres, decide condenarlo a morir de hambre. Pero por ser justamente la Diosa de las Cosechas no tenía ese poder, así que envía a una ninfa a entrevistarse con el Hambre, que vive en los confines de la Escitia: un lugar helado, de tierra estéril sin cosecha y sin árbol.Hasta allí se encaminó la ninfa. De lejos avistó a la Diosa horrenda y pálida, un montón de huesos que se agolpaban bajo la piel macilenta. Temerosa de acercarse le trasmite desde algunos pasos el mensaje de Démeter.

Esa noche, Erisicton dormía profundamente. El rostro seco y lívido del Hambre se acerca sin hacer ruido y se aproxima al lecho. Silenciosamente se inclina sobre el malhechor y lo rodea con sus magros brazos. Después, la boca ávida y terrible besó sus labios. Entonces una parte de sí misma descendió por la garganta y fue a alojarse en su estómago. El castigo se había cumplido.

Erisicton se despierta de repente, atormentado por un voraz apetito. Se levanta, engulle lo que encuentra. Pero las ávidas entrañas jamás se satisfacen. Sale por las calles, acosado por el hambre. Va golpeando alucinado las puertas de los comerciantes, dejando su dinero a cambio de alimentos.Pocos días le bastaron para consumir toda su fortuna. Cuando no tuvo ni una moneda más, vendió sus bienes. Las joyas, las túnicas, los vasos, las estatuas, los muebles, la casa, los jardines.

Todo lo gastó al momento.Nada más tenía, sólo le quedaba una hija, Mnestra (o Hipermnestra).Vaciló,mirándola con tristeza, pero el Hambre fue más fuerte que el amor y terminó vendiéndola como esclava.Pero Mnestra había sido amada por Posidón, y al verse en poder de un dueño, le pide al dios que la libere de la esclavitud, a lo que accede Posidón convirtiéndola en hombre y dándole además la capacidad de transformarse múltiplemente (como las divinidades acuáticas),capacidad que ella utiliza para escapar convirtiéndose ya en yegua, ya en ave, ora en vaca, ora en ciervo.Volvió junto a su padre y se encontró frente a un pavoroso espectáculo: Erisicton caminaba encorvado, el rostro escuálido y enloquecido, juntando basura y llevándose a la boca las inmundicias.Mnestra, apiadada ante el sufrimiento de su padre, invade graneros y manzanares, se deja vender múltiples veces (y escapa siempre utilizando el don concedido por Posidón), arriesga su vida para dar de comer a un padre insaciable.

Finalmente la ciudad no tiene que ofrecerles y les cierra sus puertas. En las calles ya no quedaba basura ni siquiera hojas secas.Expulsado por todos, solitario, enflaquecido, Erisicton llega a la solución definitiva. Con los dientes, se puso a despedazar sus propios miembros. Y terminó así, devorándose a sí mismo el rico Erisicton.

Metamorfosis. Ovidio.

salamandra
17-abr-2009, 11:42
me a gustado la historia, nunca la había leído.

un saludo.