TarePanda
03-ago-2008, 13:33
Este cuento viene en uno de los libros de Jorge Bucay. Todavía no he leido todos los relatos que habéis publicado, espero no repetirlo.
Había una vez un centauro, que como todos los centauros, era mitad hombre y mitad caballo.
Una vez mientras paseaba por el prado sintió hambre.
“¿Qué comeré? -pensó-.¿Una hamburguesa o un fardo de alfalfa?
¿Un fardo de alfalfa o una hamburguesa?"
Y, como no pudo decidirse, se quedó sin comer.
Llegó la noche y el centauro quiso dormir.
“¿Dónde dormiré? -pensó-.¿En el establo o en un hotel?
¿En un hotel o en el establo?”
Y, como no pudo decidirse, se quedó sin dormir.
Sin comer y sin dormir, el centauro enfermó.
“¿A quién llamaré? -pensó-.¿A un médico o a un veterinario?
¿A un veterinario o a un médico?”
Enfermo y sin poder decidir a quién llamar, el centauro murió.
La gente del pueblo se acercó al cadáver y sintió pena.
-Hay que enterrarlo-dijeron-. Pero, ¿dónde? ¿En el cementerio del pueblo o en el campo? ¿En el campo o en el cementerio?.
Y, como no pudieron decidirse, llamaron a la autora del cuento que, como no podía decidir por ellos, resucitó al centauro.
Y, colorín, colorado, este cuento nunca se ha sabido que haya terminado.
Había una vez un centauro, que como todos los centauros, era mitad hombre y mitad caballo.
Una vez mientras paseaba por el prado sintió hambre.
“¿Qué comeré? -pensó-.¿Una hamburguesa o un fardo de alfalfa?
¿Un fardo de alfalfa o una hamburguesa?"
Y, como no pudo decidirse, se quedó sin comer.
Llegó la noche y el centauro quiso dormir.
“¿Dónde dormiré? -pensó-.¿En el establo o en un hotel?
¿En un hotel o en el establo?”
Y, como no pudo decidirse, se quedó sin dormir.
Sin comer y sin dormir, el centauro enfermó.
“¿A quién llamaré? -pensó-.¿A un médico o a un veterinario?
¿A un veterinario o a un médico?”
Enfermo y sin poder decidir a quién llamar, el centauro murió.
La gente del pueblo se acercó al cadáver y sintió pena.
-Hay que enterrarlo-dijeron-. Pero, ¿dónde? ¿En el cementerio del pueblo o en el campo? ¿En el campo o en el cementerio?.
Y, como no pudieron decidirse, llamaron a la autora del cuento que, como no podía decidir por ellos, resucitó al centauro.
Y, colorín, colorado, este cuento nunca se ha sabido que haya terminado.